Presentación del libro Actitudes y representaciones de Abraham Quiroz Palacios
Abraham Galarza Cid
Siempre es grato encontrar un texto hecho con dedicación y pasión, pues se pretende demostrar la vitalidad de una categoría de análisis en tiempos en los cuales no suele ser muy apreciada.
Para lograr esto, Abraham Quiroz hace un estudio detallado, casi enciclopédico, de la categoría actitud, de su historia, sus componentes, su relación con otras categorías, ,las técnicas y métodos con los que puede ser estudiada, así como su presencia en una de las teorías con mayor influencia actual en la psicología social: las representaciones sociales.
Podemos notar, en nuestra lectura de esta obra, que en la historia de este concepto persisten algunos rasgos comunes, pese a las diferencias teóricas o disciplinares en los cuales ha sido definida, siendo éstos, lo emocional, lo conductual y su carácter cognitivo orientados a la valoración individual, de un objeto social.
Por supuesto que no debemos hacer de esta categoría una entidad ahistorica, aplicable mecánicamente en la investigación de un contextos social específico, debemos considerar las finalidades de la investigación, o su utilidad, como lo llama Abraham Quiroz, es decir, que en la constitución de este concepto no se involucran, tan solo, procesos de categorización meramente cognitivos, pues hay supuestos que la recorren, y que sólo se hacen explícitos con el transcurso del tiempo, cuando tenemos otra perspectiva.
Uno de los supuestos, pues no ha sido plenamente verificado, es que las actitudes, al cambiarse, transforman las conductas. No hace mucho tiempo algunas autoridades compraron la idea de que la transformación de las actitudes repercutiría en el aminoramiento de la conducta de tirar basura en la calle. Sabemos que no fue así, trayendo como consecuencia el escamoteo del dinero de los contribuyentes y el posible desprestigio de los psicologos sociales para futuras investigaciones en el ámbito público.
Por otra parte, las actitudes, señala Quiroz, se relacionan, desde una perspectiva epistemológica, con otras categorías. Se retoma la propuesta de Silvana de Rosa para mostrar las relaciones verticales hacia arriba, de la categoría con otras, tales como ideología, representaciones sociales y valores, mientras se relacionaría, de acuerdo a este modelo, de forma subordinante con las opiniones, estereotipos, creencias, etc. Consideramos que este modelo es bastante relativo, pues la categoría actitud tiene distintos tipos de relaciones verticales u horizontales con otras categorías, de acuerdo al significado que adquiere al interior de cada teoría, o incluso en relación al paradigma al que pertenece la teoría.
La teoría y el contexto paradigmático dónde ésta surge, imponen un orden y jerarquías específicas a sus categorías, si olvidamos esta premisa podemos hacernos preguntas filosóficas irresolubles, similares a la del huevo y la gallina, por ejemplo, ¿la existencia de estereotipos es condicionante de ciertas actitudes, o al revés? Considero que es necesario que el autor explicite los criterios desde los cuales traza las relaciones de la actitud con otros conceptos y teorías, pues es uno de los aspectos que no fueron suficientemente tratados en el libro.
Uno de los aspectos más interesantes del libro es su toma de distancia con respecto a la teoría de las representaciones sociales, a la que califica con cierta ironía como “la vía regia,” la cual se propuso, en su inicios, ser un concepto central en las ciencias sociales, cuya finalidad era explicar la constitución de la sociedad y la cultura a partir de estudiar la vida cotidiana. Abraham Quiroz señala que “este objetivo no se logra utilizando exclusivamente el concepto de representaciones sociales, ni únicamente la perspectiva de la psicología social, sino mas bien haciendo uso al mismo tiempo de otras categorías y de otras disciplinas sociales”
De acuerdo a esta tesis, se podría establecer, por ejemplo, un programa de investigación que nos aclare las relaciones del pensamiento social con procesos cognitivos no mentales, como la corporeidad, y su papel en la constitución de la sociedad y la cultura.
Finalmente, quiero hacer un comentario sobre la edición, debe cuidarse la coherencia entre el aparato crítico y las referencias, pues, en por lo menos dos, casos no coinciden. Otro tanto debe hacerse con el diseño de la portada, que me parece más apropiado para un texto sobre lenguaje no verbal. En todo caso la psicología social tiene un gran potencial para ser aplicada en el diseño de libros, como ya se hace con la semiótica, pues son objetos sobre los que se concretizan nuestras creencias y esperanzas colectivas.
No me queda más que felicitar al autor, deseando que nuestras dudas y comentarios puedan ser de alguna utilidad para el mejoramiento de su obra.
Apizaco, Tlaxcala, a 20 de Septiembre de 2005
Quiroz Palacios, Abraham (2004) Actitudes y representaciones, México, BUAP
Abraham Galarza Cid
Siempre es grato encontrar un texto hecho con dedicación y pasión, pues se pretende demostrar la vitalidad de una categoría de análisis en tiempos en los cuales no suele ser muy apreciada.
Para lograr esto, Abraham Quiroz hace un estudio detallado, casi enciclopédico, de la categoría actitud, de su historia, sus componentes, su relación con otras categorías, ,las técnicas y métodos con los que puede ser estudiada, así como su presencia en una de las teorías con mayor influencia actual en la psicología social: las representaciones sociales.
Podemos notar, en nuestra lectura de esta obra, que en la historia de este concepto persisten algunos rasgos comunes, pese a las diferencias teóricas o disciplinares en los cuales ha sido definida, siendo éstos, lo emocional, lo conductual y su carácter cognitivo orientados a la valoración individual, de un objeto social.
Por supuesto que no debemos hacer de esta categoría una entidad ahistorica, aplicable mecánicamente en la investigación de un contextos social específico, debemos considerar las finalidades de la investigación, o su utilidad, como lo llama Abraham Quiroz, es decir, que en la constitución de este concepto no se involucran, tan solo, procesos de categorización meramente cognitivos, pues hay supuestos que la recorren, y que sólo se hacen explícitos con el transcurso del tiempo, cuando tenemos otra perspectiva.
Uno de los supuestos, pues no ha sido plenamente verificado, es que las actitudes, al cambiarse, transforman las conductas. No hace mucho tiempo algunas autoridades compraron la idea de que la transformación de las actitudes repercutiría en el aminoramiento de la conducta de tirar basura en la calle. Sabemos que no fue así, trayendo como consecuencia el escamoteo del dinero de los contribuyentes y el posible desprestigio de los psicologos sociales para futuras investigaciones en el ámbito público.
Por otra parte, las actitudes, señala Quiroz, se relacionan, desde una perspectiva epistemológica, con otras categorías. Se retoma la propuesta de Silvana de Rosa para mostrar las relaciones verticales hacia arriba, de la categoría con otras, tales como ideología, representaciones sociales y valores, mientras se relacionaría, de acuerdo a este modelo, de forma subordinante con las opiniones, estereotipos, creencias, etc. Consideramos que este modelo es bastante relativo, pues la categoría actitud tiene distintos tipos de relaciones verticales u horizontales con otras categorías, de acuerdo al significado que adquiere al interior de cada teoría, o incluso en relación al paradigma al que pertenece la teoría.
La teoría y el contexto paradigmático dónde ésta surge, imponen un orden y jerarquías específicas a sus categorías, si olvidamos esta premisa podemos hacernos preguntas filosóficas irresolubles, similares a la del huevo y la gallina, por ejemplo, ¿la existencia de estereotipos es condicionante de ciertas actitudes, o al revés? Considero que es necesario que el autor explicite los criterios desde los cuales traza las relaciones de la actitud con otros conceptos y teorías, pues es uno de los aspectos que no fueron suficientemente tratados en el libro.
Uno de los aspectos más interesantes del libro es su toma de distancia con respecto a la teoría de las representaciones sociales, a la que califica con cierta ironía como “la vía regia,” la cual se propuso, en su inicios, ser un concepto central en las ciencias sociales, cuya finalidad era explicar la constitución de la sociedad y la cultura a partir de estudiar la vida cotidiana. Abraham Quiroz señala que “este objetivo no se logra utilizando exclusivamente el concepto de representaciones sociales, ni únicamente la perspectiva de la psicología social, sino mas bien haciendo uso al mismo tiempo de otras categorías y de otras disciplinas sociales”
De acuerdo a esta tesis, se podría establecer, por ejemplo, un programa de investigación que nos aclare las relaciones del pensamiento social con procesos cognitivos no mentales, como la corporeidad, y su papel en la constitución de la sociedad y la cultura.
Finalmente, quiero hacer un comentario sobre la edición, debe cuidarse la coherencia entre el aparato crítico y las referencias, pues, en por lo menos dos, casos no coinciden. Otro tanto debe hacerse con el diseño de la portada, que me parece más apropiado para un texto sobre lenguaje no verbal. En todo caso la psicología social tiene un gran potencial para ser aplicada en el diseño de libros, como ya se hace con la semiótica, pues son objetos sobre los que se concretizan nuestras creencias y esperanzas colectivas.
No me queda más que felicitar al autor, deseando que nuestras dudas y comentarios puedan ser de alguna utilidad para el mejoramiento de su obra.
Apizaco, Tlaxcala, a 20 de Septiembre de 2005
Quiroz Palacios, Abraham (2004) Actitudes y representaciones, México, BUAP
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