FILOSOFÍA Y PODER EN GRAMSCI. UN ACERCAMIENTO DESDE EL CONCEPTO DE REFORMA INTELECTUAL Y MORAL. Abraham Galarza Cid (1)
Introducción:
Antonio Gramsci (1891-1937), político y filósofo, es el autor de una obra que permite a sus lectores cierta libertad de interpretación, ya que ésta no es más que un conjunto de notas fragmentarias escritas bajo penosas condiciones de censura y salud que le impuso la cárcel fascista, razón por la cual no tuvo acceso a los elementos necesarios para realizar una investigación sistemática. Carlos Pereyra dijo al respecto:
“Si toda lectura es una intervención en el texto y nunca la asimilación pasiva de significaciones ya dadas de manera inalterable, los escritos de Gramsci ofrecen aún más posibilidades de lecturas diferenciadas” (Pereyra: 1984, Pág. 205)
Obviamente que el punto anterior no nos autoriza a hacer una interpretación subjetiva y caprichosa, pero aprovechando este espacio de libertad quisiera hacer, (sin menospreciar el trabajo de reconstrucción de varios destacados marxistas), no un recuento de las exégesis sobre Gramsci, sino, más bien, proponer una lectura y una interpretación propia, con los riesgos esto implica.
Introducción:
Antonio Gramsci (1891-1937), político y filósofo, es el autor de una obra que permite a sus lectores cierta libertad de interpretación, ya que ésta no es más que un conjunto de notas fragmentarias escritas bajo penosas condiciones de censura y salud que le impuso la cárcel fascista, razón por la cual no tuvo acceso a los elementos necesarios para realizar una investigación sistemática. Carlos Pereyra dijo al respecto:
“Si toda lectura es una intervención en el texto y nunca la asimilación pasiva de significaciones ya dadas de manera inalterable, los escritos de Gramsci ofrecen aún más posibilidades de lecturas diferenciadas” (Pereyra: 1984, Pág. 205)
Obviamente que el punto anterior no nos autoriza a hacer una interpretación subjetiva y caprichosa, pero aprovechando este espacio de libertad quisiera hacer, (sin menospreciar el trabajo de reconstrucción de varios destacados marxistas), no un recuento de las exégesis sobre Gramsci, sino, más bien, proponer una lectura y una interpretación propia, con los riesgos esto implica.
En este trabajo se propone que la clave para leer los textos gramscianos es el concepto de Reforma Intelectual y Moral, pues al tratar los conceptos de intelectuales, filosofía, ideología, etcétera, confluyen directamente en el tema de la creación de una Voluntad Colectiva, o Hegemonía, tal como lo indica Gramsci en una nota:
“La formación de una voluntad colectiva popular (...) y la reforma intelectual y moral, deberían constituir la estructura del trabajo” (Gramsci 1986-M. Pág. 31)
Gramsci estableció un paralelo entre su obra y la de su paisano Maquiavelo. Según él, Maquiavelo tenía la convicción de que la unidad de la nación italiana, bajo la guía de un Príncipe, salvaría a ésta del desastre ante la intervención extranjera. Con su obra Maquiavelo se propuso educar al pueblo para lograr su unificación, mostrándole los mecanismos de poder. Por lo anterior el estilo de la obra del florentino no es de un tratado de ciencia política, escrito en fórmulas y principios, sino que, más bien, su escritura está llena de "mito" en estilo aforístico, para despertar la imaginación de “quien no sabe”.
“La formación de una voluntad colectiva popular (...) y la reforma intelectual y moral, deberían constituir la estructura del trabajo” (Gramsci 1986-M. Pág. 31)
Gramsci estableció un paralelo entre su obra y la de su paisano Maquiavelo. Según él, Maquiavelo tenía la convicción de que la unidad de la nación italiana, bajo la guía de un Príncipe, salvaría a ésta del desastre ante la intervención extranjera. Con su obra Maquiavelo se propuso educar al pueblo para lograr su unificación, mostrándole los mecanismos de poder. Por lo anterior el estilo de la obra del florentino no es de un tratado de ciencia política, escrito en fórmulas y principios, sino que, más bien, su escritura está llena de "mito" en estilo aforístico, para despertar la imaginación de “quien no sabe”.
Al pasar al análisis contemporáneo Gramsci alude a la necesidad de educar a las masas populares bajo la figura de un moderno Príncipe, pero antecedido por una Reforma Intelectual y Moral, es decir, “la cuestión religiosa o de una concepción del mundo” (Ibíd. Pág. 30)
Al igual que Maquiavelo, Gramsci tiene la intención de fomentar la educación del pueblo, por lo cual se propone combatir el sentido común-religioso del pueblo italiano. De la misma manera que Maquiavelo, Gramsci tampoco escribe como un profesor de ciencia política. Él escribe, sobre todo, para combatir las teorizaciones elaboradas por los grandes intelectuales italianos, dada su influencia y autoridad a la hora de fijar estrategias de control social. Tal papel ha sido enmascarado cuando los intelectuales asumen que ellos sólo elaboran conceptos científicos o filosóficos, y como tales están por encima de los mezquinos intereses de los grupos sociales. Podemos aplicar lo que Grasmsci dice de Maquiavelo a su propia obra:
“En su tratado, en su crítica del presente, expresa conceptos generales en forma aforística y no sistemática, y expresa una concepción del mundo original, que podría ser llamada filosofía de la praxis o neo-humanismo, en cuanto no reconoce elementos trascendentes o inmanentes (en el sentido metafísico), sino que se basa por completo en la acción concreta del hombre, el cual, impulsado por sus necesidades históricas, actúa y transforma la realidad” (Gramsci: Ibíd. Pág. 119)
Por mi parte, tratando de ser coherente con los lineamientos gramscianos, me propongo situarme en lo que él llamó filosofía de la praxis. Esta categoría alude a la necesidad de comprender la actividad filosófica ligada a otras actividades, como una práctica que surge para resolver problemas teóricos surgidos de la actividad social organizada. La filosofía de la praxis no se basa en principios trascendentes o inmanentes. También alude, guiado por su convicción de realizar una Reforma Intelectual y Moral, a la ineludible premisa de tomar en cuenta el punto de vista de “quien no sabe“. Así, pues, la filosofía de la praxis es una forma de reflexión que no sólo se mueve en el terreno de la especulación teórica-abstracta, considera también las formas histórico-sociales y concretas con que se manifiesta el pensamiento.
“En su tratado, en su crítica del presente, expresa conceptos generales en forma aforística y no sistemática, y expresa una concepción del mundo original, que podría ser llamada filosofía de la praxis o neo-humanismo, en cuanto no reconoce elementos trascendentes o inmanentes (en el sentido metafísico), sino que se basa por completo en la acción concreta del hombre, el cual, impulsado por sus necesidades históricas, actúa y transforma la realidad” (Gramsci: Ibíd. Pág. 119)
Por mi parte, tratando de ser coherente con los lineamientos gramscianos, me propongo situarme en lo que él llamó filosofía de la praxis. Esta categoría alude a la necesidad de comprender la actividad filosófica ligada a otras actividades, como una práctica que surge para resolver problemas teóricos surgidos de la actividad social organizada. La filosofía de la praxis no se basa en principios trascendentes o inmanentes. También alude, guiado por su convicción de realizar una Reforma Intelectual y Moral, a la ineludible premisa de tomar en cuenta el punto de vista de “quien no sabe“. Así, pues, la filosofía de la praxis es una forma de reflexión que no sólo se mueve en el terreno de la especulación teórica-abstracta, considera también las formas histórico-sociales y concretas con que se manifiesta el pensamiento.
El objetivo de hacer una lectura gramsciana de la filosofía, es hacer una crítica de la filosofía racionalista-trascendental (que incluye al materialismo y empirismo), bajo la idea de situarla en su origen histórico-social, para concebirla como una forma sutil de poder que contribuye, de una manera muy especial, a tejer una red de relaciones de poder que ayudan a la creación del consenso en las sociedades occidentales y occidentalizadas.
Este ensayo se sitúa históricamente, en un periodo que abarca desde el siglo XIX hasta las primeras décadas del siglo XX. Consideramos que este periodo es decisivo para que los intelectuales italianos se conviertan en artífices de relaciones de poder que forman lo que Gramsci denominó el Bloque Histórico Meridional, entendido como una forma de enfrentar el fenómeno llamado Americanismo, que es un proceso de intensiva racionalización industrializada, al que se opuso la solución fascista, es decir, la forma de salvaguardar los intereses de los grupos más conservadores de Italia. La categoría de Reforma Intelectual y Moral es nuestro criterio teórico para la comprensión de estos fenómenos.
El contenido básico de los capítulos es el siguiente: en el capítulo I, titulado Intelectuales y Americanismo, se desarrolla el concepto de Bloque Histórico Meridional, el cual representa el complejo de relaciones sociales de la nación italiana en los tiempos de Gramsci, que es, además, un aporte teórico para la comprensión de cómo se genera un sistema que se mueve a través del consenso, no obstante los distintos intereses que poseen los grupos sociales que forman esa unidad. La clave de su unidad es el liderazgo intelectual y moral de algunos intelectuales italianos ligados a los grupos de poder que trabajan a favor de articular una concepción cuasi homogénea del mundo entre los diversos grupos sociales de Italia, a manera de un cemento ideológico que aglutina elementos diversos, siendo la religión católica romana y los sistemas filosóficos de Croce y Gentile las piezas claves de este ensamblaje social.
El capítulo II titulado Filosofía de la Praxis, desarrolla, desde una perspectiva constructivista-político-social, el contenido de la actividad intelectual. Desde la metafísica filosófica hasta el Sentido Común, pasando a través del folklore y la ideología. Nuestra concepción de la filosofía, como una construcción socio-histórica nos permite considerar al pensamiento como un fenómeno emergente de las actividades y relaciones sociales humanas. La conclusión a la que nos lleva esta tesis es, que la llamada filosofía metafísica no tiene un fundamento trascendental, sino que se genera a partir de un manejo metafórico de lenguaje cotidiano.
En el capítulo III se busca confluir el contenido de los capítulos primeros en el concepto de Hegemonía, en dónde exponemos la tesis de la ausencia de esencia metafísica humana, lo cual, consideramos, nos permite desarrollar las posibilidades del binomio conceptual saber/ poder.
Finalmente, exponemos las conclusiones de este trabajo, por una parte la vigencia de Gramsci para pensar nuestra realidad mexicana y, por otra parte, la actualidad de Gramsci para enfrentar las discusiones actuales en filosofía.
Antes de cerrar esta introducción, quisiera dejar una nota sobre la bibliografía gramsciana. Bajo el proyecto de una investigación de “la formación del espíritu público en Italia” en el siglo XIX, es decir, “sobre los intelectuales italianos, sus orígenes, sus agrupamientos, según su forma de pensar, etcétera”, Gramsci inicia la redacción de su trabajo sobre unos cuadernos escolares, en la cárcel de Turi, el 8 de Febrero de 1929. Sus fuentes son los escasos libros, revistas y periódicos que logra conseguir en la cárcel. Aunque optimista, al principio, llega a desesperarse ante la ausencia de bibliotecas especializadas que le faciliten su trabajo. No obstante lo peor es la tenaz vigilancia del régimen sobre todas sus actividades, especialmente sobre sus cartas y escritos.
Gramsci escribe resúmenes de libros, notas, etcétera, en forma de miscelánea, para posteriormente reelaborar estas notas en cuadernos especiales, pero sin llegar nunca a darles la forma definitiva, como era su deseo. Llega a llenar más de 2848 páginas de cuadernos escolares con estas notas.
Después de unas peripecias de los cuadernos, entre Italia y Rusia, al fin de la II guerra mundial, la editorial italiana Einaudi los publica temáticamente, agrupando notas que distan muchos años de distancia en su redacción, tomando por títulos las frases con las que Gramsci marco sus cuadernos especiales, es decir, los de reelaboración de notas: El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce (1948); Los intelectuales y la organización de la cultura (1949); El Risorgimento (1949); Notas sobre Maquiavelo, sobre política y sobre el Estado moderno (1949); Literatura y Vida Nacional (1950), el cual incluye notas escritas antes de su reclusión, especialmente crítica teatral publicada en periódicos socialistas en los años de 1916 a 1920; Pasado y presente (1951) En castellano existen dos versiones de esa primera edición, la de editorial Lautaro, publicada en los años 60 en Sudamérica, y la mexicana, de editorial Juan Pablos, publicada en los años 70’s.
El interés despertado por esta primera edición, llevó a publicar diversas antologías de su periodo anterior al encarcelamiento, elaboradas con artículos y ensayos recopilados de revistas y periódicos tales como ¡Avanti, L’ordine Nuovo, etcétera. Una de las antologías más importantes es la publicada por Einaudi, en los años sesentas, titulada, 2000 Pagine. Mientras en español se han publicado, bajo el criterio de dar a conocer escritos de diversos períodos de su vida, por ejemplo, la Antología de Gramsci, preparada por Manuel Sacristán. Son importantes, también, combinaciones de antologías con ensayos sobre la obra de Gramsci, como la de Maria Antonieta Macciochi, Gramsci y la revolución de Occidente, así como Los usos de Gramsci / Gramsci: Escritos políticos 1917-1933 de Juan Carlos Portantiero, estos tres libros publicados por Siglo XXI.
Sobre las cartas de Gramsci, una de las fuentes más interesantes para aclarar detalles no explícitos en los Cuadernos, existe una recopilación de la editorial Nuova Universal Einaudi, titulada Lettere dal Carcere (1965), de la cual existe una edición castellana, pero de difícil acceso a nuestro país. Algunas cartas están disponibles en la Antología de Sacristán, y otro tanto en el libro Escuela, educación y pedagogía en Gramsci, de G, Berti, publicado por Martínez-Roca.
En los años setenta aparece en Italia una “edición crítica” de los Cuadernos, bajo el patrocinio del Instituto Gramsci de Roma, bajo la dirección de Valentino Gerratana. El objetivo de la edición es “reproducir el texto de los cuadernos tal como estos fueron escritos por Gramsci”. La editorial Era de México, asumió la tarea de publicar esta edición, no obstante pasaron más de veinte años para terminarla, ahora bajo la dirección de Dora Kanoussi, con el patrocinio de la Universidad Autónoma de Puebla.
Es importante señalar que para la realización de este trabajo me apoye, principalmente, en la edición de Juan Pablos, así como en la edición crítica de los Quaderni, a los cuales tuve acceso a una colección incompleta, pues este trabajo lo termino antes de la publicación completa de los cuadernos en su versión en español.
(1) Galarza Cid Abraham: Tesis para obtener el grado de licenciado en Filosofía, Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, Febrero de 1996.
(1) Galarza Cid Abraham: Tesis para obtener el grado de licenciado en Filosofía, Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, Febrero de 1996.
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