Los rostros de la razón instrumental y
la violencia cotidiana en México
Abraham Galarza Cid
Introducción: La razón instrumental y la violencia en México
En este ensayo argumentamos que la Razón Instrumental, concepto
elaborado originalmente por Max Horkheimer, para analizar el totalitarismo europeo,
encuentra un eco perturbadoramente claro en la historia reciente de México y
Latinoamérica, donde la razón instrumental ha mutado y adoptado nuevos rostros.
La violencia extrema que desgarra a México encuentra una de sus claves
de interpretación más lúcidas en un concepto europeo del siglo XX: la razón
instrumental, elaborada por el filósofo Max Horkheimer. Originalmente, este
marco teórico permitió comprender el surgimiento de sociedades totalitarias que
sacrificaron toda ética en el altar del desarrollo económico rápido.
Hoy, proponemos que esta misma lógica, desplegada bajo las condiciones
del capitalismo neoliberal global, ofrece el horizonte cultural desde el cual
es posible entender la violencia del narcotráfico, la corrupción estatal e,
incluso, nuestras interacciones cotidianas.
La idea de razón instrumental posibilitó comprender el surgimiento de
sociedades totalitarias que tenían como proyecto el rápido desarrollo económico
de sus respectivos países tomando atajos históricos, su estrategia consistió en
el uso de métodos y técnicas que, para el logro de sus objetivos, prescinden de
toda consideración ética, lo importante era lograr un alto beneficio con un
mínimo de tiempo, dinero y esfuerzo.
¿Qué es la razón instrumental? De Horkheimer al rostro del rey Midas
Para definir este concepto, partiremos de “la crítica de la razón
instrumental” de Max Horkheimer (2002), plantea que existen dos manifestaciones
de la racionalidad: una que él llama “subjetiva”, y otra racionalidad que
denomina “objetiva”.
En el mundo regido por la razón objetiva, la racionalidad envuelve al
mundo y está implícita en la estructura oculta y en las regularidades de la
naturaleza, en el lenguaje preciso, bello y simétrico de las formas
matemáticas, así como en los valores éticos que deben regular la vida humana.
Estos valores están claramente definidos por sí mismos, y nuestra conciencia
está obligada a seguirlos; ante la ambigüedad para juzgar un acto humano como
ético o carente de ésta, nos proporciona un punto de referencia claro para
juzgarlo. Platón es un ejemplo del filósofo que sigue esta vía.
Por su parte, la razón subjetiva se manifiesta en la mente de las
personas: piensan en el mundo, lo categorizan, hacen inferencias y establecen,
a través del pensamiento, la mejor forma de relacionarse con el medio
(Horkheimer, 2002). Considera que los
valores éticos no son objetivos, sino convencionales: dependen de la cultura o
de la interpretación de los individuos; son aceptados por otros por persuasión;
No existe un parámetro claro para juzgar lo bueno o lo malo. En esta condición nuestros
valores no tienen un valor epistémico: conocerlos no nos obliga a seguirlos,
pertenecen más bien al ámbito de las creencias. Al haber una pluralidad de
valores, hay una pluralidad de fines (Horkheimer, 2002), de tal forma que el
ser privado e individual define cuál es el fin, así como cuál es la forma más
apropiada para conseguirlos. Pensar en los medios es lo determinante de la
razón subjetiva. Los sofistas, como Protágoras, son un ejemplo de esta
perspectiva.
Con el renacimiento, la ilustración y la revolución industrial, la razón
subjetiva se transforma en una representación axiomatizada matemática que
simboliza las posibilidades de manipulación del mundo empírico. En el método
experimental se operan algunos aspectos de la realidad hasta encontrar la
fórmula que representa mejor aquel aspecto del mundo que se quiere dominar; el
siguiente paso consiste en convertir este esquema de pensamiento en una técnica
que pueda manipular fácticamente el mundo físico. (Horkheimer, 2002).
Las grandes discusiones metafísicas y lógicas para determinar qué es la
verdad desaparecen del mundo, ceden ante esta perspectiva pragmática, para la
cual la verdad de una idea reside en su éxito para la conversión de los entes
del mundo en objetos rentables: lo verdadero es lo útil. Desaparecen otras
alternativas para pensar la esencia de la verdad o por lo menos ya no son
consideradas como importantes, son solo perspectivas meramente periféricas que
se discuten en espacios sin resonancia para el resto del mundo.
Desde la revolución industrial, nuestra relación con la naturaleza ya no
da lugar a verlo como un lugar sagrado regido por el encanto y el misterio: a
la naturaleza se le comienza a ver simplemente como “cosa”, a la que se le
considera en cuanto sea rentable. Este carácter “cosificante” se va a acentuar
con el despliegue del mundo capitalista, donde todos los entes adquieren la
forma de una mercancía (Horkheimer, 2002), es decir una cosa a la que se le
puede asignar un valor económico, pues se le caracteriza como algo destinado a
ingresar en los procesos de producción, distribución y uso, propios del sistema
capitalista, y se les trata como tal: ya sea como un insumo de la producción, o
como algo que se puede comprar, o como un instrumento aplicable en el proceso
de generar ganancia. La razón misma es, ya, parte de los procesos productivos:
Horkheimer (1973) lo expreso de forma contundente: “Es como si el pensar
mismo se hubiese reducido al nivel de los procesos industriales sometiéndose a
un plan exacto; dicho brevemente, como si se hubiese convertido en un
componente fijo de la producción.”
Las relaciones capitalistas de producción fueron las que le dieron su
forma madura a la razón instrumental. La moderna sociedad capitalista, con su
mundo social organizado bajo la forma de mercado (relaciones de oferta y
demanda), es un mundo donde la razón instrumental es omnipresente.
Nuestra racionalidad acaba siendo una relación entre un sujeto que
quiere dominar a la naturaleza y a los demás hombres, por lo que se convierte
en la fórmula del éxito en los negocios: así, los fines = máxima utilidad y lo
medios= los más económicos. El primer rostro de la razón instrumental es del
rey Midas con capacidad de convertirlo todo en una mercancía.
Con el fin de la razón objetiva ya no hay parámetros claros para definir
qué valores morales y éticos debemos poner como metas para la humanidad con el
fin de alejarnos de la barbarie, pues éstos ahora son definidos desde el
interés de cada uno de los individuos; según los economistas de la economía de
mercado, los fines del individuo son impredecibles, arbitrarios, volubles,
inestables y egoístas.
El segundo rostro: Narciso y la ética del egoísmo
Durante el siglo XX van a aparecer una serie de modelos
explicativos del comportamiento económico y filosofías que van a reivindicar al
egoísmo como una forma de ética que no tiene un carácter negativo; por el
contrario, estas perspectivas van a desarrollar, y difundir entre la cultura de
masas, la idea de que el altruismo es una forma de ética negativa; que valores
como la solidaridad, generan haraganería, pereza mental e incapacidad de las
personas para conseguir las cosas por sí mismas; mientras ofrecen como
alternativa hacer apología del egoísmo como una fuerza productiva y creativa,
generadora de riqueza y el crecimiento de la sociedad, pues el individuo
egoísta, al buscar la consecución de su fin, desata la generación de riqueza
para otros (Galarza, 2009). Ejemplo de este tipo de filosofía está en Ayn Rand,
en su libro “la virtud del egoísmo (2009).
El segundo rostro de la razón instrumental es el de Narciso mirándose en
el espejo, los otros carecen de importancia y no son dignos de nuestro
amor.
El shock neoliberal: El tercer rostro del "doctor" y la exportación
de la hiper violencia
En la posguerra se realizaron una serie de cambios estructurales económicos,
políticos y sociales para hacer frente al desafío soviético para los Estados
Unidos; estas condiciones lograron un equilibrio político-militar entre los dos
imperios y una contención de las fuerzas revolucionarias de la clase obrera
occidental mediante una negociación que permitió que en las legislaturas de los
países occidentales se garantizarán una serie de derechos y obligaciones por
parte del Estado, que posibilitaban la redistribución de la riqueza mediante la
intervención estatal en la economía, no dejando que se regulara por el mercado;
gracias a esto, se logró un alto nivel de consumo y elevar la calidad de vida
para la clase trabajadora de los países occidentales. (Galarza,1996).
Este pacto va a ser duramente cuestionado desde la ciencia de la
economía neoclásica que representaba el punto de vista e interés de las
megacorporaciones trasnacionales, demandando que la mayor parte de la riqueza
generada por la sociedad quedara en sus manos. No obstante, van a enfrentarse
con una muy fuerte oposición a esta perspectiva, y esos cambios no los iban a
conseguir mediante el voto de las mayorías; por lo cual deberían de fraguar un
plan que logrará doblegar la fuerza e imponer su voluntad sobre la mente y
conducta de sus opositores.
Naomi Klein sostiene, en su libro "La doctrina del shock”
(2011), que en el llamado “campo de la salud mental”, se diseñaron las más
perfectas estrategias de dominación sobre los individuos, para pasar después a
su aplicación en el campo político: los tratamientos psiquiátricos con
electroshocks, aplicación de insulina, lobotomías y drogas psiquiátricas, lograban
doblegar totalmente la voluntad y capacidad de resistencia de los individuos.
Milton Friedman, economista defensor del libre mercado, pensó que una
forma adecuada de implantar reformas económicas que permitieran eliminar
restricciones económicas y legales (gasto social y derechos laborales) que
facilitaran el incremento acelerado de las ganancias de las grandes
corporaciones, no podrían llevarse a cabo a través de medios democráticos, para
esto lo más adecuado era la aplicación de políticas económicas de shock que
produjeran efectos similares a los tratamientos psiquiátricos sobre la masa de
la población. (Klein, 2011).
Los manuales de contrainsurgencia de la CIA aplicaban estos
procedimientos en contra de individuos o grupos que representaran una amenaza a
la paz americana en la periferia del mundo. La dictadura de Pinochet en Chile
demostró que el Dr. Friedman “no estaba equivocado” (Klein, 2011).
El caso chileno con el golpe de Estado y la militarización de la
sociedad, lograron doblegar la voluntad de la población que apoyaba un modelo
de gobierno socialdemócrata, mediante la intervención de cuerpos militares y
paramilitares de élite, especialistas en la dominación; utilizaron la campos de
concentración, la desaparición forzada y la tortura; gracias a estas
estrategias, sus recetas neoliberales, logran incrementar enormemente las
riquezas de las elites, por lo que este modelo se exportó por muchos países del
tercer mundo que intentaban desarrollarse a partir de políticas
socialdemócratas (Klein, 2011), ( Mendoza Bazán, 2013) . Este es el momento del
nacimiento de la hiper violencia en tierras latinoamericanas.
El tercer rostro de la razón instrumental es de un sabio doctor en
economía, que prescribe un tratamiento “medico” que recomienda a los países del
tercer mundo salir de su pobreza a partir de abandonar sus ideas
anticuadas.
El cuarto rostro: Mercenarios y narco capitalismo
Las técnicas de secuestro, tortura y desaparición de personas fueron
ampliamente usadas en las guerras de Francia contras sus colonias; estas
prácticas sistematizadas pasaron a los EUA donde se perfeccionaron en “La
Academia de las Américas”, una escuela de entrenamiento paramilitar y de
torturas para luchar contra la disidencia en los países del tercer mundo (Marie-Monique,
2003).
Los "Kaibiles", una tropa de elite del ejército guatemalteco,
fueron uno de estos especialistas en técnicas del terror aplicadas para el
control político de pueblo, patrocinados por el gobierno de EUA y las grandes
corporaciones capitalistas para cuidar sus intereses económicos en esa zona.
En un mundo donde todo tiene valor de mercancía, los
"Kaibiles" se vendieron como asesores y mercenarios para los grupos
delictivos de otros países como los "Zetas" de México, (Redacción
Animal Político, 2011), (Hernández, 2011), con lo cual la serpiente había
puesto su huevo. Comenzaba la transición del uso de la hiper violencia para contener
a los disidentes, a su uso como herramienta para hacer negocios.
Y la serpiente creció y próspero en complicidad y mímesis con el Estado
y empresarios, abriendo un nuevo nicho de mercado, por medio de la venta de
drogas, secuestro, tráfico de órganos, y trata de personas; sus medios: la
extorción, la tortura, la ejecución, la mutilación, la exhibición de los
cuerpos y el shock emocional permanente, logrando doblegar la voluntad de las
personas e imponerles su voluntad, en muchas ciudades y poblaciones de México.
Estos grupos delictivos lograron acumular en un tiempo muy breve
cuantiosas fortunas de millones de dólares que fluyeron hacia los paraísos
fiscales del capitalismo internacional, en donde prosperan y se hermanan con
las ganancias ilícitas de las megacorporaciones y las fortunas de los
saqueadores de sus gobiernos; la mera existencia de estos paraísos fiscales es
un hecho contundente de que al capitalismo solo tiene por fin el incremento
vertiginoso e inconmensurable del capital, sin importar los medios que se hayan
utilizado. Son la cuasi realización de la utopía anarcocapitalista libertaria en
la que desaparece totalmente la regulación del Estado en la economía.
El cuarto rostro de la razón instrumental lo encontramos en una reunión
de socios de una muy prospera empresa, unos usan portafolios y otros “cuernos
de chivo”
El quinto rostro: El Estado "Queso de Cerdeña"
Por otra parte, la reducción neoliberal del Estado lo convirtió en un
"Narcoestado". Mientras adelgazaban los programas sociales, las
carteras de los funcionarios se hicieron obesas al poner las instituciones del
Estado a cuidar los intereses de las trasnacionales, implantar su “Guerra
contra las drogas”, ser socios de los narcos, y abandonar su papel como
protector de la sociedad, y hacer del Estado un espacio privilegiado para hacer
negocios.
La violencia civil de las organizaciones criminales, así como la
de las grandes corporaciones internacionales que se apropian de los recursos de
los países del tercer mundo por medio de la invasión y la guerra, son parte de
un mismo horizonte cultural delineado por la razón instrumental.
El papel del aparato del Estado se ha convertido en un medio para la
consecución de los fines de estos grupos, generando el otro semblante de la
razón instrumental: la corrupción del aparato estatal.
El quinto rostro de la razón instrumental es el de “Estado - casu marzu” (“queso podrido) o "queso de
Cerdeña", una delicia gourmet que debe pasar por un proceso de
putrefacción, llenarse de gusanos de mosca, para después ser deglutido por
paladares exquisitos.
La razón instrumental en la vida cotidiana: El rostro de todos
nosotros
Mientras tanto, al interior de la sociedad, las tácticas y estrategias
de esos cuerpos paramilitares de élite, especialistas en provocar el dolor a la
población, se replicaron en una sociedad civil disgregada y carente de
horizontes; sus actores, ante la carencia de una educación sustancial y la
realidades del desempleo, la migración, la marginación permanente y los mini
salarios de las maquiladoras de las megacorporaciones, tuvieron su “reforma
intelectual y moral” “luterana” (Gramsci dixit), donde los narcos eran
los intelectuales orgánicos, que con éxito, reclutaron a la juventud y niñez
mexicana, para instruirlos en los rituales de iniciación necesarios para convertirlos
en los verdugos del narco-capitalismo en contra de la sociedad mexicana.
También, entre en la clase media se replica esos esquema hiper violentos
de acción, por ejemplo, entre estudiantes de universidades privadas que
secuestran y acaban por asesinar a sus compañeros de aulas; aquí no hay
personas marginadas, poseen un alto estándar de vida; ellos han interiorizado
profundamente los valores de nuestra sociedad capitalista, hasta fundirse con
sus emociones, aspiraciones y su forma de ver la vida; de alguna manera era
“normal” que consideraran que maximizar sus ganancias es el objetivo primordial
de nuestra vida, que “para triunfar en la vida”, hay que tener “mentalidad de
depredador”, es decir potenciar la mente y agudizar su capacidad de pensamiento
instrumental para que sea relativamente sencillo atrapar a tus presas.
De las elites de la plutocracia ya hablamos, pues ellos son los genuinos
herederos de esa tradición fundada por sus padres, continúan deleitándose,
deglutiendo sus ganancias con el uso del pensamiento instrumental, con la vida
y miseria de millones como condimento de su banquete
En conclusión: la razón instrumental es un horizonte cultural que
cosifica a los seres humanos, reduciéndolas a mercancías, cuyo valor se cotiza
acorde a los intereses de estos grupos: las corporaciones, los grupos
criminales y las instituciones corrompidas del Estado.
No obstante, el alcance de la razón instrumental, no termina ahí, pues
este horizonte está delineando ya la forma de interactuar de personas comunes,
como cualquiera de nosotros en muchas situaciones de la vida cotidiana,
haciendo que el vecino, el pasajero del autobús, el estudiante, el profesor
universitario o cualquiera de nosotros, recurra a la razón instrumental para
usar a sus semejantes como medios de sus fines, alcanzando el “Edén de
mercancías y consumo" que nos promete el capitalismo. Ante esta realidad,
la advertencia final es inexorable, el último rostro de la razón instrumental
no es una especulación abstracta, por el contario es duramente cotidiano y
familiar:
El último rostro de la razón instrumental es el mío y el tuyo.
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